Los viñedos
Cuenta nuestro padre Don Juan Armas Rodríguez, fundador y alma de la Bodega Bentayga, que recuerda ver a su padre, allá por el año 1942, hacer vino para consumo propio. Surge nuestro viñedo gracias al sueño de Don Juan, que por su arraigo a la tierra de Tejeda que lo vio nacer, su capacidad emprendedora y amor por el trabajo, ha hecho posible que podamos disfrutar hoy en día de los vinos AGALA. A medida que fueron creciendo las cepas y adaptándose al terreno, también fue creciendo nuestro padre en sabiduría y experiencia. Se trata de un sueño hecho realidad, en el que ahora nos hemos integrado los hijos.
En el año 1994 se plantan la mayor parte de las cepas, en total 11 hectáreas de viñedos propios, en los términos municipales de Tejeda y Artenara, entre los 1.050 y 1.318 m de altitud. Es uno de los viñedos más altos de España.
Los de Tejeda se localizan en una de las laderas de la Caldera de Tejeda, en un terreno volcánico y muy accidentado, por lo que tuvimos que adaptar el terreno en múltiples y pequeñas parcelas para poder ser cultivadas. Se reparte en un total de cinco fincas. El terreno tan accidentado dificulta la mecanización, es por lo que muchas de las labores son manuales.
Los de Artenara se encuentran en la Mesa de Acusa. Se trata de una llamativa meseta que emerge singularmente en un paisaje tan abrupto.
La excepcional situación del viñedo en la cumbre de la isla, lejos de la contaminación, con un gran diferencial de temperatura entre el día y la noche, el contraste de inviernos fríos, llegando incluso algún año a nevar, con veranos calurosos, con temperaturas máximas de 38⁰C, y la orientación al suroeste, que permite que nuestras cepas reciban una media de 11 horas de sol diarias, son condiciones ideales para cultivar uvas de gran calidad.
El sistema de conducción es en espaldera, sistema mayoritario utilizado en la isla de Gran Canaria. Es el ideal para terrenos escarpados como el nuestro, ya que aporta ventilación a las plantas evitando enfermedades y permitiendo que la cepa reciba más energía solar.
Cultivamos cepas de variedades mejorantes que se han adaptado perfectamente al suelo y al clima de la zona, y limitamos los frutos con la finalidad de conseguir la máxima calidad.
Los suelos que predominan son los arcillosos, con buen drenaje debido a la condición volcánica, y con buen contenido en materia orgánica.
Los tratamientos que reciben nuestras cepas son reducidos – ya que al estar situados a tanta altitud hay enfermedades que no se desarrollan – y respetuosos con el medio ambiente.
En periodos de regadío usamos el goteo informatizado para repartir el agua propia que surge del manantial de la Mina de Tejeda, cuya conducción fue construida en los años 1500-1501 por orden de los Reyes Católicos.